Barcelona, Febrero de 2015.
Con la ilusión de crear un espacio exterior muy especial, ideal para ser compartido y vivir en él momentos muy especiales, se plantea trabajar un exteriorismo muy cuidado y bien equipado, rico en materiales, formas y texturas, magnificado todo ello por una sutil iluminación, creando así, un ambiente plácido y distinguido tanto de día como de la noche, enriquecido con las vistas a la Torre Agbar y su iluminación nocturna.
Imagen resultante de día.
Imagen resultante de noche.
En una de las fases previas del proyecto, se han realizado unos renders para verificar el efecto de la propuesta en el espacio inicial, comprobando así, el óptimo resultado de la composición.
Imagen virtual 3D.
Imagen del estado inicial.
Se decide revestir las paredes perimetrales con lamas de madera de diversos anchos y profundidades, colocadas con una separación entre ellas y sujetas sobre unas planchas de aluminio negro que protegen las paredes base y dan un toque diferenciador al dejarse ver entre las lamas.
También se reviste el murete lindante y el pavimento final con lamas colocadas longitudinalmente, generando así, una zona de asiento o apoyo y un entarimado elevado donde se situaran las jardineras, permitiendo a su vez, colocar distintas iluminarias y sus instalaciones.
Los laterales de los huecos arquitectónicos se revisten también con las mismas planchas de aluminio, plegadas y colocadas a inglete, rematando así, el encuentro con las lamas de madera.
Un gran sofá esquinero es el principal elemento y una de las premisas del propietario. Para ello se ha escogido un modelo de alta gama realizado con estructura de aluminio y revestimiento de neopreno. Este se sitúa frente al acceso principal a la terraza, invitándonos a sentarnos y relajarnos observando las fantásticas vistas, en especial las nocturnas, donde la iluminación de la Torre potencia la magia del espacio.